Si la bergamota es elegante, el limón enérgico, la mandarina alegre, la naranja es soleada y trágica en su destino. En la ciudad de Ivrea, no lejos de Turín, cada año en febrero, una batalla de naranjas es el momento más esperado del Carnaval histórico. En 1801, La Guerra de las Naranjas supuso la derrota de Portugal a manos de España, y tomó este nombre porque el Príncipe Manuel Godoy y Álvarez de Faria envió cestas de fruta a su señora, la Reina, para celebrar la victoria. La venganza de las naranjas se llamó Portugual en la industria del perfume durante mucho tiempo. Las naranjas alabadas y vendidas por los mercaderes acompañan el trágico final de Carmen en la ópera homónima de Bizet. De todas las historias, mi preferida es la de la ofrenda de naranjas en Navidad, un regalo de luz, un mensaje para anunciar el final del invierno, frutos rebeldes que visten el color del verano". Jean-Claude Ellena
Una fruta tan jugosa y carnal que se asocia, en el imaginario colectivo, a batallas y celebraciones. Tan popular y terrosa en nuestros recuerdos como elegante y sofisticada en las composiciones olfativas.
Notas de salida: Naranja roja italiana y azahar
Notas de corazón: Maracuyá
Notas de fondo: Almizcle blanco
Perfumista: Jean-Claude Ellena
