Llega la primavera australiana, que trae consigo deslumbrantes vestidos de flores amarillas para vestir a los desnudos y dorados arbustos. Las nubes de dulce fragancia melosa, atrapadas por la brisa, llevan una invitación al interior, donde una bandada de cacatúas se suma felizmente a la celebración. Saliendo de sus polvorientos nidos, los pájaros están listos para acicalarse y hacer cabriolas. En un escenario tambaleante de ramas, las crestas vivas se mueven al ritmo de sus alegres cantos. Tras un último bis, la bandada levanta el vuelo. Al posarse en un campo cercano, comparten un delicioso almuerzo, zumbando con la emoción de su impresionante recital.
La Cacatúa Zoóloga desprende alegría. Una soleada ráfaga de acacias amarillas ofrece una amistosa bienvenida. Puntos de frambuesa y ruibarbo ácido sugieren un toque de picardía, como un par de mejillas sonrosadas bajo un penacho dorado. Por último, las suaves notas de almizcle y vainilla envuelven a la vibrante Cacatúa, como si fueran plumas que amortiguan el descaro de esta descarada ave.
